30 ¿Qué concluiremos? Pues que los gentiles, que no buscaban la justicia, la han alcanzado. Me refiero a la justicia que es por la fe. 31 En cambio Israel, que iba en busca de una ley que le diera justicia, no ha alcanzado esa justicia. 32 ¿Por qué no? Porque no la buscaron mediante la fe, sino mediante las obras, como si fuera posible alcanzarla así. Por eso tropezaron con la «piedra de tropiezo»,
La Biblia nos dice que los judíos eran bien pegados a la ley y a las obras y a través de ellas querían alcanzar la justicia, pero con la llegada de Jesús, el sentido de la salvación cambio, ahora la salvación es por gracia y no por obras.
Pablo entonces dice, los gentiles que no quería alcanzar la justicia, la han alcanzado por la fe, en cambio los judíos que iban en busca de la ley para alcanzar la justicia, no la han alcanzado. «¿Qué concluiremos? Pues que los gentiles, que no buscaban la justicia, la han alcanzado. Me refiero a la justicia que es por la fe. En cambio, Israel, que iba en busca de una ley que le diera justicia, no ha alcanzado esa justicia.» (Romanos 9:30-31).
Prácticamente las puertas están abiertas para todas las personas que quieran acercarse a Dios, Jesús mismo dijo, “al que viene a mí, no lo echo” «Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.» (Juan 6:37).
Aspectos esenciales sobre la justicia por la fe Romanos 9:30-32
- La salvación es para cualquiera que se acerque a Dios. «¿Qué, pues, diremos? Que los gentiles, que no iban tras la justicia, han alcanzado la justicia, es decir, la justicia que es por fe» (Romanos 9:30).
- Las obras a través de la no te justifican. «Más Israel, que iba tras una ley de justicia, no la alcanzó.» (Romanos 9:31).
- No alcanzaron la justicia de Dios porque no la buscaron por fe, sino por medio de sus obras. «¿Por qué? Porque iban tras ella no por fe, sino como por obras de la ley, pues tropezaron en la piedra de tropiezo.» (Romanos 9:32).
Conclusión
Dios regaló la salvación a toda la humanidad, no por sus obras o buen comportamiento, fue por pura gracia, inmerecida. Dios nos dio la salvación por gracia y fue completamente inmerecida. La biblia dice que éramos pecadores y rebeldes, pero Dios se apiado de nosotros y nos salvó.
Esa salvación, a más de ser gratuita, regalada, es alcanzada sólo por fe. No hay otra manera. «Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.» (Efesios 2:8-9).
«¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello.» (Mateo 23:23).