Cara a cara (Éxodo 32-33) – Sermón Bíblico

Está claro en Éxodo 32 que mientras los israelitas estaban asombrados por Moisés, tenían poco respeto por su hermano Aarón. Como sumo sacerdote, Aarón tenía una posición religiosa oficial. Pero la posición por sí sola nunca es suficiente para inspirar respeto.

Muchas cualidades hicieron de Moisés un líder espiritual fuerte. Fue valiente. Buscó agradar a Dios antes que a los hombres. Estaba dispuesto a tomar una posición. Reunió apoyo. Ambos oró por los pecadores y, sin embargo, estaba dispuesto a enfrentarlos. Pero el secreto de la grandeza de Moisés se encuentra en la «tienda de reunión», donde Moisés se encontró con el Señor cara a cara.

El texto nos dice que “siempre que Moisés salía a la tienda, todo el pueblo se levantaba y se paraba a las entradas de sus tiendas, mirando a Moisés hasta que él entraba en la tienda”. Nadie supo lo que sucedía dentro de la tienda, aunque la columna de nube descendió para estar junto a la puerta de la tienda cuando Moisés estaba dentro. Sin embargo, el mismo hecho de que Moisés se reuniera allí con Dios infundió asombro, y la evidencia de la presencia de Dios hizo que el pueblo adorara al Señor.

Tú y yo tenemos oportunidades constantes para influir en los demás. Estos otros incluyen a nuestros propios hijos, vecinos y compañeros de trabajo, así como a miembros de nuestra iglesia. Como Aaron, podemos tener una posición, como «padre», que implica autoridad. Pero la única forma en que realmente influenciaremos a otros es seguir el camino de Moisés y encontrarnos con Dios regularmente cara a cara. Nuestro impacto en sus vidas será directamente proporcional al tiempo que pasemos cara a cara con Dios.

Otros no sabrán lo que sucede en nuestro tiempo privado con el Señor. Pero el aura de la presencia de Dios nos acompañará. Estar con Dios nos cambia, y el cambio que Dios obra en nosotros es la clave de nuestra capacidad para influir en otros para que le adoren y obedezcan.

Aplicación personal

El poder espiritual está a solo una vida de oración.

Cita

“No le digo nada a Dios. Simplemente me siento y lo miro y dejo que Él me mire a mí. ”- Viejo campesino de Ars