«¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?» (Romanos 6:3).
¿Qué es lo que el apóstol Pablo quiso decir al escribir, que los que habían sido bautizados con Cristo Jesús, habían sido bautizados también en su muerte?
Los cristianos de la iglesia en Roma, todavía se mantenían en pecado, aun cuando habían entregado sus vidas a Cristo, razón por la cual Pablo les escribe aclarando algunos puntos. El apóstol a manera de pregunta les dijo que si entregaron su vida a Cristo como podían todavía permanecer en el pecado. No había coherencia en sus vidas.
El hace mención que no se puede permanecer en el pecado so pretexto de traer la gracias, ¡no es correcto!, no puedes seguir pecando luego de haber entregado tu vida a Cristo. Quien entregó su vida a Cristo, nueva criatura es y no hay justificación para que todavía ande en pecado: «¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?, En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?» (Romanos 6:1-2).
El cristiano nacido de nuevo, nacido en Cristo, ha sido renovado por el Espíritu, el murió al pecado y ha resucitado a la vida. El nuevo creyente fue sepultado juntamente con él para muerte con el bautismo y así como Cristo resucitó de los muertos, así también nosotros resucitamos a una vida nueva.
Fuimos como él y no sólo de muerte, sino también de resurrección, nuestra vieja vida en pecado fue crucificado juntamente con él, nuestro cuerpo fue destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado, pero resucitado para que la vida y servicio de él: «hemos sido bautizados en su muerte?» (Romanos 6:3). El nuevo creyente a través del bautismo en su muerte ha roto con su pasado, e inicia una vida nueva, una vida resucitada, mediante su nacimiento nuevo en Cristo.