Introducción
El pecado es la causa de la desgracia humana. La biblia dice que estamos muertos. La humanidad se reveló contra Dios, trayendo pecado y condenación. Juan nos dice que muchos despreciaron la luz de Jesús y siguieron en las tinieblas. Y así sucesivamente podemos enumerar, muchos pasajes de las escrituras, que recuerden al hombre que este perdido y sin salvación.
Pero el amor y la misericordia de Dios pudo más que la traición, fue más grande que la infidelidad, fue más que el orgullo y la autosuficiencia que nos trajo desgracia.
Su inmenso amor forjó un plan perfecto para nosotros, un plan que incluía nuestra salvación y nuestra y justificación. Dios nos entregó a su único hijo para salvarnos del pecado, no fue por nosotros, sino por el amor que nos tuvo.
«Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna. De tal manera amó Dios al mundo» (Juan 3.16).
Aspectos esenciales del amor de Dios (Juan 3.16- 21)
- El amor de Dios hacia el mundo, es perfecto, grande e inmenso, no tiene comparación y no tiene principio ni fin «Porque de tal manera amó Dios al mundo…» (Juan 3.16a)
- Dios entregó a su único para salvarnos de la condenación y muerte eterna. «…que ha dado a su Hijo unigénito…» (Juan 3.17b).
- El único camino para llegar a Dios en creer en Jesucristo. «…para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna. (Juan 3.17c).
Conclusión
Dios nos amó de una manera exagerada, que envió a su único hijo para salvarnos.
Esa obra redentora fue hecha para salvarnos de la condenación y ser justificados.
Ese sacrificio es único y para siempre.
Podemos disfrutar del amor de Dios en completa libertad, sabiendo que fuimos redimidos de nuestros pecados, por la gracia de Dios.