Dios se compadece del hombre porque lo ama (Salmo 103:1-14) – Sermón Bíblico

«Como el padre se compadece de los hijos, se compadece Jehová de los que le temen. Porque él conoce nuestra condición; se acuerda de que somos polvo» (Salmo 103:13-14)

David comienza este salmo, bendiciendo a Dios por todos los favores que recibe de él y quiere agradecer ese cuidado particular y esa preocupación que tiene por su vida: «Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios» (Salmo 103:2), también describe los cuidados que recibimos de Dios: «Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias; El que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias; El que sacia de bien tu boca, e modo que te rejuvenezcas como el águila» (Salmo 103:3-5).

A pesar de las malas decisiones que tomamos, y los errores que cometemos a diario, Dios es misericordiosos y clemente con nosotros, el amor que tiene para nosotros es más grande que su ira: «Misericordioso y clemente es Jehová; Lento para la ira, y grande en misericordia. No contenderá para siempre, Ni para siempre guardará el enojo» (Salmo 103:8-9).

El olvidó nuestras transgresiones y pecados, se olvidó que éramos pecadores, destituidos de la gloria de Dios. A pesar de que no merecíamos su amor y cuidados, porque estábamos viviendo en pecado y oscuridad; y merecíamos la muerte y la condenación, él nunca nos trató conforme a nuestros pecados, pudo más su inmensa misericordia: «No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, Ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados. Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, Engrandeció su misericordia sobre los que le temen» (Salmo 103:9-11).

Él se compadeció de nosotros; pobres y desamparados, como lo hace un padre con sus hijos, a pesar de lo irresponsables y testarudos que podamos ser. El no vio nuestras transgresiones, vio nuestro corazón humilde y temeroso de él: «Como el padre se compadece de los hijos, se compadece Jehová de los que le temen. Porque él conoce nuestra condición; se acuerda de que somos polvo Salmo» (103:13-14)

Dios mostró su amor para con nosotros, entregando a su único hijo a la muerte, la muerte en la cruz, como pago por nuestros pecados y como salvación de nuestras almas