Es su elección (Núm. 32) – Sermón Bíblico

Hace muchos años fui padrino de boda en la boda de un amigo. Jack era un joven piloto a quien nuestro pastor estaba convencido de que debía ir al campo misionero como piloto de la Beca de Aviación Misionera. Recuerdo lo molesto que estaba el pastor cuando Jack anunció que se casaría y se quedaría en su aerolínea. Pastor estaba convencido de que Jack había elegido algo menos que lo mejor de Dios.

Moisés habría entendido la reacción de nuestro pastor. También se molestó cuando las tribus de Rubén y Gad, y la media tribu de Manasés, le pidieron que les diera la región de Transjordania que les habían quitado a los madianitas. El problema era que este territorio estaba fuera de Canaán, la tierra que Dios le había prometido a Abraham.

¿Su solicitud fue acertada o incluso correcta? El texto no da una respuesta clara, aunque a primera vista, establecerse fuera de la Tierra Prometida parecería ser un rechazo rotundo del propósito y las promesas declaradas por Dios.

Sin embargo, dos cosas sugieren que la solicitud no fue motivada por una falta de compromiso o de fe. Las tribus solicitantes prometieron «cruzar para pelear» en la batalla por Canaán. El hebreo aquí es impresionante. En realidad dice «apresurándose ante los israelitas» (v. 17). Las tribus de Rubén y Gad demostraron su compromiso con su voluntad de llevar a Israel a la batalla y llevar la peor parte del ataque. Mostraron su confianza en Dios al estar dispuestos a dejar a sus familias y rebaños desprotegidos mientras los combatientes se iban a la guerra.

Moisés aceptó estas condiciones y concedió a Rueben, Gad y la media tribu de Manasés vastas tierras al este del río Jordán. Es bueno recordar cuando usted o yo estamos tentados a juzgar la decisión de otra persona. Puede que a Moisés no le haya gustado la decisión que tomaron Rubén y Gad. Pero, convencido de su compromiso y confianza en Dios, Moisés les concedió la libertad de hacerlo.

Tú y yo realmente no podemos decir qué es lo mejor de Dios para otra persona. Y nuestra vista no es realmente importante. Lo que todavía cuenta es su compromiso y confianza activa en Dios. Cada persona debe tener la libertad de seguir a donde Dios lo lleve.

Aplicación personal

El consejo más importante que podemos darle a otra persona es: Confía en el Señor y síguelo dondequiera que Él te dirija.

Cita

“Cada vez que decimos, ‘Creo en el Espíritu Santo’, queremos decir que creemos que hay un Dios viviente capaz y dispuesto a entrar en la personalidad humana y cambiarla.” – J.B. Phillips