Fortaleceos en el Señor y vestíos de toda la armadura de Dios (Efesios 6:10-11) – Sermón Bíblico

«Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza, vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo» (Efesios 6:10-11).

El apóstol Pablo en su carta a los hermanos de Éfeso, quería asentar las bases de la nueva vida en Cristo y el propósito de la iglesia. Él habla sobre el prototipo del cristiano y toca temas profundos de la doctrina cristiana, y de la experiencia cristiana; lo que nos lleva a pensar en la habilidad y madurez que los hermanos habían alcanzado luego de su predicación en Éfeso.

En el capítulo 6 hace mención de “la armadura de Dios”, y también nos dice que debemos vestirnos con ella, pero realmente a que se refieres Pablo con “la armadura de Dios”,

La armadura de Dios son todas las armas espirituales que Dios tiene para que nosotros podamos tomarlas y así protegernos. Cuando hacemos mano de la armadura de Dios, nos vestimos con todas armas de luz espirituales que Dios nos proporcionó.

Está armadura nos da protección, para poder estar firmes contra las asechanzas del diablo y resistir en las tribulaciones hasta que acabe todo: «La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz» (Romanos 13:12).

Pablo también nos dice que la lucha que tenemos no es contra sangre y carne, sino contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Y sólo podremos resistir y vencer, vistiéndonos con “la Armadura de Dios”.

Nosotros hemos nacido de nuevo y abandonado la práctica del pecado, así que el enemigo no nos puede tocar: «Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca» (1 Juan 5:18).

Con la armadura de Dios podemos resistir los embates del diablo, salir de la comodidad del pecado y acercarnos a Dios.

A pesar de que el enemigo interfiere con los planes perfectos de Dios y muchas personas han sucumbido a sus ataques y calumnias, él sabe que su amargo final es inminente; «Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche» (Apocalipsis 12:10)

«Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes» (Efesios 6:13).