Introducción
Las escrituras nos muestran en la historia de la resurrección de Lázaro, el aspecto humano de Jesús. Él al ver a su amigo muerto y ver a sus hermanas junto a algunos judíos llorar, se conmovió y lloró.
María muy presta se levantó y rápidamente fue al encuentro de Jesús, seguida de los judíos, que estaban en casa consolándola. Cuando María llegó donde Jesús, se postró a sus pies, diciéndole, Señor, mi hermano no habría muerto si tu hubieras estado aquí, entonces Jesús la vio llorando y también vio llorar a los judíos que estaban con ella y se conmovió en espíritu: «Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió, y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve. Jesús lloró» (Juan 11:33-35).
Aspectos esenciales sobre el tema Jesús lloró por lázaro Juan 11:33-35
- Jesús ve nuestro dolor, él sabe de nuestros sufrimientos y aflicciones. «Jesús entonces, como la vio llorando, y a los judíos que habían venido juntamente con ella llorando…» (Juan 11:33).
- Jesús luego de ver nuestro dolor, lo siente y se conmueve de nuestro sufrimiento. «…se estremeció en espíritu y se conmovió» (Juan 11:33).
- Jesús expresa su humanidad. Jesús nos demuestra su lado humano, expresa su dolor, se conmueve, siente pena por su amigo. «Y lloró Jesús.» (Juan 11:35).
Conclusión
Jesús, ve nuestras aflicciones, él sabe de qué padecemos, sabe lo que nos causa tristeza y quiere ayudarnos.
Él se conmueve con nuestro dolor, se turba, siente pena, el sabe cuanto sufrimos, y sufre con nosotros, llora a nuestro lado y también ríe, con nuestra felicidad, se goza en nuestra alegría.
Él también fue humano, y sabe mucho mejor que nosotros, lo que es entregar la vida por amor