La relación de Jehová con su pueblo (Éxodo 19:5-6) – Sermón Bíblico

«Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos» (Éxodo 19:5)

Jehová, tuvo un pacto con su pueblo, él siempre fue un Dios fiel y amoroso, esa relación estaba basada en un acuerdo en el que se enunciaban promesas, expectativas y condiciones. A través de los años él dirigido sus pasos y nunca se ha apartado de ellos. Por medio de Moisés, Dios les dijo a los israelitas: «Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa» (Éxodo 19:5-6).

En esta relación Israel no tuvo un corazón dispuesto a obedecer a Dios. «Pero como la esposa infiel abandona a su compañero, así prevaricasteis contra mí, oh casa de Israel, dice el Eterno.» (Jeremías 3:20). Ellos se revelaron contantemente contra él a pesar de las bendiciones que recibían de su parte: «Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla el Eterno: Crie hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí. El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento. Dejaron al Eterno, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás.» (Isaías 1:2- 4).

Aunque su pueblo lo rechazo constantemente, él todavía desea profundamente relacionarse con los seres humanos. Dios los castigó, pero nunca rechazó completamente a Israel ni a sus descendientes: «Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera. Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín. No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció…» (Romanos 11:1-2).

Pablo nos dice: «Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el Libertador, que apartará de Jacob la impiedad.» (Romanos 11:25-26).

Luego concluye: «Así que, en cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros; pero en cuanto a la elección, son amados por causa de los padres. Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios. Pues como vosotros también en otro tiempo erais desobedientes a Dios, pero ahora habéis alcanzado misericordia por la desobediencia de ellos, así también éstos ahora han sido desobedientes, para que, por la misericordia concedida a vosotros, ellos también alcancen misericordia.» (Romanos 11:28-31).

Debido a su gran misericordia, Dios ha planeado traer al pueblo de Israel al arrepentimiento total, y obrando por medio de ellos, invitar a todos los pueblos para que tengan la misma relación con él.