Introducción
“Pero los que esperan en el Jehová renovarán sus fuerzas; levantarán las alas como águilas. Correrán y no se cansarán; caminarán y no se fatigarán.” (Isaías 40:31)
Esta frase tan significativa y alentadora fue escrita por el profeta Isaías, setecientos años antes del nacimiento de Jesús, probablemente para animar a los judíos que fueron exiliados en babilonia durante 70 años. Una parte considerable de los habitantes del Reino de Judá fueron exiliados en Babilonia.
Inmediatamente después de la toma de Jerusalén y la destrucción del templo por Nabucodonosor II, comenzó la deportación y el exilio de los judíos y finalizó con el edicto del rey persa Ciro, permitiendo el regreso de los judíos a sus tierras de origen en el año siguiente.
Mientras los judíos regresaban a su tierra, vieron cómo se cumplieron estas palabras.
Aspectos esenciales sobre sobre el poder de Dios (Isaías 40:31)
- Los que ponen su esperanza en Jehová recobrarán las fuerzas. «Pero los que esperan en el Jehová renovarán sus fuerzas…» (Isaías 40: 31a).
- Los que ponen su esperanza en Jehová serán levantados y alzarán el vuelo como si tuvieran alas. «…levantarán las alas como águilas…» (Isaías 40: 31b).
- Los que ponen su esperanza en Jehová, no se casarán ni se fatigarán él será su sustento. «…Correrán y no se cansarán; caminarán y no se fatigarán.» (Isaías 40: 31c).
Conclusión
Esperar en Jehová, significa confiar en él, depositar todas nuestras cargas sobre él y dejar que él haga el trabajo.
Isaías nos asegura que Dios renovará nuestras fuerzas, levantará nuestras alas como las de las águilas y aunque estemos desfalleciendo, el no permitirá que nos cansemos y fatiguemos.
Que hermosa promesa la de Dios para con nuestras vidas, saber que, aunque estemos desfalleciendo, él está ahí para levantarnos y alzaremos vuelo como las águilas. Este ejemplo de la naturaleza nos ayuda a entender todo lo que puede hacer el poder de Dios para ayudar a una persona.
Declaremos, así como el apóstol Pablo, que cuando pasó por problemas muy difíciles, dijo: “Tengo fuerzas para todo gracias a aquel que me da poder” (Filipenses 4:13).