Nuestra fe está fundada en el poder de Dios (1 Corintios 2:1-5) – Bosquejo Bíblico

Introducción

Pablo a pesar de ser un docto en la ley judaica y de tener mucho conocimiento, siempre se ha presentado muy sencillo delante de los hermanos. Él menciona que cuando llegó a la iglesia de Corinto, para anunciarles las buenas nuevas de Dios, fue a ellos, con sencillez de palabra y simplemente para presentarles a Jesucristo: «Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a este crucificado.» (1 Corintios 2:2).

También mencionó que mientras estuvo con ellos, se mantuvo discreto, sin demostrar su conocimiento humano para que no se confundan, sino demostrar que todo lo que sabe proviene del Espíritu y del poder de Dios. «Y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.» (1 Corintios 2:3-5).

Aspectos esenciales sobre 1 Corintios 2:1-5

  1. El evangelio se anuncia con sencillez y humildad «Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría.» (1 Corintios 2:1).
  2. El mensaje se debe centrar sólo en Jesús y su crucifixión. «Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a este crucificado.» (1 Corintios 2:2).
  3. El mensaje está respaldado con el Espíritu y su poder. «y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder.» (1 Corintios 2:4).
  4. La fe debe estar fundada en la sabiduría y el poder de Dios. «para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.» (1 Corintios 2:5).

Conclusión

Seamos humildes siempre, como lo fue el apóstol Pablo, a pesar de todo el conocimiento que él tenía, siempre presentó el evangelio de la manera más sencilla, no apoyado es sus conocimientos, sino con demostraciones del Espíritu y su poder.

Nuestro mensaje debe centrarse en la persona de Jesucristo y en su crucifixión, mostrando el amor que Dios tiene hacía las personas, que aun siendo pecadoras Dios no amo.