«Y esta es la confianza que tenemos en él, que, si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.» (1 Juan 5:14)
Juan ha desarrollado en estos versículos la idea de la confianza en Dios, pero desde un punto de vista de la dependencia completa en Dios.
Para aquellas personas que saben que tienen vida eterna, él relaciona la idea de la confianza en Dios con la oración: «…a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna.» (1 Juan 5:14)
En estos versículos también vemos el propósito de la oración y el secreto del poder en la oración. Es pedir; pedir alguna cosa; pedir alguna cosa conforme a su voluntad; y una vez que hayamos pedido, tener la seguridad de que él nos oye.
Dios quiere que pidamos en oración, porque él es un Dios amoroso y un dador generoso; quiere que le pidamos. Dios quiere que pidamos alguna cosa en oración. No para dar a entender que todo lo que pidamos será concedido, sino alguna cosa en el sentido de que podemos y debemos orar por todo. Dios se preocupa por toda nuestra vida, y nada es demasiado pequeño o demasiado grande para orar por ello. Como escribió Pablo en Filipenses 4:6: Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
Dios quiere que pidamos conforme a su voluntad. Es fácil para nosotros preocuparnos solo por nuestra voluntad ante Dios y tener una visión fatalista con respecto a su voluntad. Pero Dios quiere que veamos y discernamos su voluntad a través de su palabra, y que oremos su voluntad para que actúe.
Cuando Juan escribió esto, es posible que haya tenido en mente las propias palabras de Jesús, que registró en Juan 15:7: Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. Cuando permanecemos en Jesús – entonces nuestra voluntad se alinea cada vez más con Su voluntad, y podemos pedir lo que deseamos, y pedir más y más conforme a Su voluntad. Entonces vemos oraciones contestadas.
Sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho: Cuando pedimos según la voluntad de Dios, cuando oramos las promesas de Dios, tenemos esta confianza; y así oramos con fe real y definida.