Una excusa poco convincente para predicar el evangelio (Hechos 3:1-26) – Estudio Bíblico

Pedro predica en nombre de Cristo tras la curación del cojo.

“Muchos prodigios y señales eran hechas por los apóstoles” (Hechos 1:43).

1. EL MILAGRO (vv. 1-11)

Era dinero por lo que el cojo estaba mendigando; fue sanidad lo que recibió.

«NO TENGO PLATA NI ORO; PERO LO QUE TENGO TE DOY: EN EL NOMBRE DE JESUCRISTO DE NAZARET, levántate y anda» (v. 6).

Se dice que Tomás de Aquino visitó al Papa cuando se estaban contando grandes sumas de dinero. El Papa se jactó: «¡Ya no necesitamos decir con Pedro: ‘No tengo plata ni oro’!» Tomás de Aquino respondió: «Tampoco puedes decir con Pedro: ‘Levántate y anda'».

Esa historia recuerda las palabras de Jesús a la iglesia en Laodicea: «Tú dices: Soy rico, y enriquecido en bienes, y de nada tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desdichado, miserable, pobre y ciego, y desnudo» (Apocalipsis 3:17).

Los laodicenses eran materialmente prósperos pero espiritualmente pobres. Pedro era materialmente pobre pero espiritualmente próspero.

Este milagro de curación física puede verse como una ilustración de curación espiritual. El hombre cojo sirve como una excelente imagen de la impotencia y la desesperanza del pecador cuya única esperanza es confiar en el nombre de Jesús.

“Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12).

«Y LE TOMÓ DE LA MANO DERECHA, Y LE LEVANTÓ; Y AL INSTANTE TOMARON FUERZA SUS PIES Y TOBILLOS» (v. 7).

Pedro hizo lo que podía hacer: «lo tomó de la mano derecha y lo levantó», luego Dios hizo lo que Pedro no pudo hacer: «al instante se fortalecieron los huesos de sus pies y de sus tobillos».

Debemos hacer lo que podamos hacer; entonces Dios hará lo que nosotros no podemos hacer.

2. EL MENSAJE (vv. 12-26)

Casi tan asombrosa como la curación del cojo es la transformación de Pedro. El mismo hombre que dos meses antes había negado a Jesús estaba ahora de pie ante algunos de la misma multitud proclamándolo.

Pedro hace cinco declaraciones acerca de Jesús:

(1) Él es exaltado (v. 13);

(2) este es el mismo que fue entregado por el pueblo (v. 13);

(3) Fue acusado falsamente (vv. 13-14);

(4) fue asesinado (v. 15);

(5) Dios lo resucitó de entre los muertos (v. 15).

La resurrección fue algo así como una ordenación de Cristo, cuando fue confirmado en la tierra por lo que realmente es. Cristo fue «declarado Hijo de Dios con poder… por la resurrección de entre los muertos» (Rom. 1:4).

«Así que, ARREPENTÍOS Y CONVERTIOS, PARA QUE VUESTROS PECADOS SEAN BORRADOS» (v. 19).

El mensaje de Pedro fue un mensaje de ARREPENTIMIENTO.

El evangelio en siempre buenas noticias. Pero para que esa buena noticia sea relevante debemos presentar la mala noticia del pecado de las personas y advertirles de sus consecuencias.

“Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados” (Isaías 43:25).