Ya no vivo yo, más vive Cristo en mí (Gálatas 2:20) – Sermón Bíblico

«Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí» (Gálatas 2:20).

Dios completó su obra salvadora de amor inmenso al hombre, al entregar a su hijo Jesucristo a la muerte en la cruz y este resucitará al tercer día, está inmensa muestra de amor proporcionó acceso a todos los humanos a la santa presencia de Dios.

Hemos sido salvados para estar con él y así poder disfrutar de las riquezas de la vida cristiana. A través de él toda la humanidad fue liberada de la condenación. Él dio su vida para rescatarnos: «como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos» (Mateo 20:28)

El propósito del plan de salvación de Dios, contemplaba que Jesús sea el pagó por el precio del pecado. Jesús fue a la muerte para redimirnos de la condenación de ese pecado. Pero la culminación de su plan no fue con la muerte de Jesús, sino con su resurrección.

Él resucito venciendo a la muerte. Su resurrección no dio vida: «Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?» (Mateo 20:28)

Fuimos juntamente con él crucificados a la muerte del pecado y resucitados a la nueva vida. Esta nueva vida no es de nosotros, esta vida es por Cristo, por lo tanto, ya no somos nosotros los que vivimos, es Cristo viviendo en nosotros, viviendo a través de nosotros: «Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí» (Gálatas 2:20).