«Hablando la verdad en amor, crezcamos en todos los aspectos de Cristo». (Efesios 4:15)
EL PROBLEMA DE MADUREZ EN MUCHOS ASPECTOS
Los obstáculos culturales, personales o circunstanciales se interpondrán en el camino de cualquiera que quiera madurar en Cristo. Sin embargo, sin madurez no podemos llegar a ser todo lo que Dios quiere que seamos. Tampoco podemos saber todo lo que el Señor quiere que entendamos.
Además, no podemos hacer todo lo que nuestro Padre celestial quiere que logremos sin ascender las escaleras de la madurez bíblica. Una vez que ciertas personas alcanzan un nivel de competencia en áreas como la enseñanza, la construcción de relaciones o la predicación, asumen que califican para ser un cristiano maduro. Sin embargo, la Biblia nos ordena crecer en TODOS los aspectos en Cristo.
Este enfoque holístico de la madurez es un desafío para todos los que se toman en serio la realización de su máximo potencial. Los siguientes pasos hacia la madurez están llenos de bendiciones y poder prometidos. El viaje de cada persona será único, pero involucrará los siguientes diez niveles. Sus experiencias pueden diferir según sus propios antecedentes o conjunto de suposiciones. ¡Sin embargo, la madurez en Cristo es el requisito previo para cumplir toda la voluntad de Dios y experimentar Su máximo poder!
DIEZ PASOS HACIA LA MADUREZ CRISTIANA
1. Exposición: cuando la verdad de las Escrituras se revela a las personas a través de la enseñanza, la predicación, las películas, los ejemplos, las buenas obras, las conversaciones, la curación, las respuestas a las oraciones o cualquier medio de comunicación, las personas pueden ver los beneficios de una relación madura con Cristo. Las dificultades a menudo ocurren cuando uno no puede presentar la verdad de una manera creíble, relevante o que satisfaga las necesidades. Necesitamos estar abiertos para exponernos a todos los aspectos de la verdad porque toda verdad es la verdad de Dios. Una mente cerrada impide nuestra capacidad de ver toda la voluntad de Dios y toda la profundidad, amplitud, altura y longitud del amor de Dios. Enseñar a las personas las ventajas de exponerse a todas las facetas de la verdad.
2. Conciencia – Cuando las personas obtienen un conocimiento consciente de los aspectos involucrados con la madurez en Cristo, pueden expresarlo en sus propias palabras. Sin embargo, a menudo se necesita una crisis, un problema o algún tipo de adversidad para que las personas se den cuenta de sus necesidades espirituales más profundas. La madurez a menudo se cataliza cuando las personas se dan cuenta de sus necesidades de crecimiento a través de una necesidad sentida, percibida o experiencial. Enseñar a las personas el beneficio de adquirir una aguda conciencia de las múltiples dimensiones de la verdad.
3. Receptividad: cuando alguien consiente en recibir algo, muestra una aceptación basada en su valor percibido. La creencia presupone una apreciación de los ideales de Jesucristo y su palabra. La apertura o receptividad al cambio supone una voluntad de mejorar en las relaciones y ministerios de uno. Dar ejemplos de personas que se beneficiaron del cambio a través de una actitud receptiva.
4. Participación – Las personas buscan participación en el ministerio cuando quieren experimentar algo de primera mano. La participación implica el hecho de que uno está dispuesto a invertir tiempo, talentos, recursos y energías en algo fuera de su propia esfera de familiaridad. Compartir experiencias con personas piadosas puede ser el primer paso para una gran participación con Cristo, Su cuerpo y el servicio cristiano. Demuestra a las personas con tu propia vida las ventajas de involucrarse en los siguientes aspectos de la madurez cristiana.
5. Crecimiento – Las personas comienzan a madurar cuando quieren experimentar los beneficios de una relación más profunda con Cristo y Su voluntad para sus vidas. El crecimiento implica un cambio que puede no ser siempre agradable, pero se entiende que vale la pena. Un cristiano en crecimiento es aquel que está dispuesto a buscar producir fruto. Dé a las personas ejemplos de las recompensas por el crecimiento en las siguientes veinte áreas de madurez cristiana.
6. En desarrollo: se puede decir que los cristianos que están aprendiendo a utilizar sus dones y habilidades han llegado a esta etapa. Tristemente, muchos creyentes todavía tienen que identificar sus dones y talentos. El no arriesgarse a varios tipos de servicio a menudo significa que las personas carecen de discernimiento para determinar sus puntos fuertes. Brinde a las personas la oportunidad de utilizar sus dones y descubrir y desarrollar los dones únicos que Dios les ha dado.
7. Discipulado: los creyentes maduros aprovechan activamente las oportunidades para liderar, alimentar y permitir que los desarrolladores se conviertan en discípulos. A pesar de las dificultades involucradas, estos hacedores de discípulos están dispuestos a trabajar juntos en proyectos ministeriales. A través de un programa de aprendizaje, los hacedores de discípulos nutren a sus discípulos hacia la madurez. Guíe a las personas a través de los procesos de hacer discípulos en su iglesia y comunidad.
8. Liderar: un líder hace que otros sigan su ejemplo en palabras, hechos e ideales. Cuando uno ayuda a organizar a otros en estudios bíblicos, grupos de oración y compañerismo en las casas, está pastoreando un rebaño hacia la madurez. Brinde a las personas la oportunidad de ejercitar sus habilidades de liderazgo al supervisarlas en las responsabilidades asignadas al grupo.
9. Multiplicar: una cosa es liderar, pero es aún mejor producir creyentes maduros en cantidad y calidad. El Señor quiere ayudarnos a multiplicar nuestros conversos, discípulos e iglesias. Dios está sumamente interesado en multiplicar Su amor, justicia y verdad en todos los grupos de personas del mundo. Multiplique sus líderes enviándolos a varias iglesias y campos donde puedan comenzar nuevas iglesias, escuelas o comunidades de casas.
10. Semejanza a Cristo – El nivel más alto de madurez se experimenta cuando uno llega a ser como Jesús en actitudes, perspectivas y acciones. La mayoría de los problemas de la vida podrían resolverse si la gente se volviera más como el Maestro. De Cristo viene toda bondad, poder y verdad. No es lo que está en el exterior de una persona lo que lo contamina, sino lo que viene de adentro. ¡Podemos hacer todo lo que Dios nos pide que hagamos a través de Cristo que nos da la fuerza y el poder! Ayude a las personas a ver cómo Cristo está produciendo fruto a través de su vida en sus ministerios de enseñanza, predicación y formación de discípulos.